Cómo congelar champiñones
Los champiñones son un ingrediente muy versátil que se puede utilizar en una variedad de platos, como sopas, guisos, pastas y ensaladas.
Pero a veces compramos más champiñones de los que podemos consumir antes de que se echen a perder. En esos casos, congelar los champiñones es una excelente opción para evitar el desperdicio de alimentos.
Aquí te explicaremos cómo hacerlo.
Ingredientes:
- Champiñones frescos
- Zumo de limón
- Sal
Pasos a seguir:
Paso 1: Lava los champiñones frescos para eliminar cualquier suciedad o residuo que puedan tener.
Es importante secarlos muy bien antes de continuar.
Paso 2: Corta los champiñones en rodajas o en cuartos, según tu preferencia. Cgampiñones que el tamaño de los trozos afectará el tiempo de cocción posterior, así que asegúrate de cortarlos de manera uniforme.
Paso 3: Coloca los champiñones en un recipiente apto para congelador y exprime el jugo de limón sobre ellos.
El zumo de limón ayudará a mantener el color y la frescura de los champiñones durante el proceso de congelación.
Paso 4: Espolvorea un poco de sal sobre los champiñones. La sal realzará el sabor de los champiñones y también contribuirá a champiñoes adecuadamente.
Paso 5: Cubre el recipiente con papel de aluminio o coloca una tapa hermética. Asegúrate de que esté bien sellado para evitar la formación de cristales de hielo y la pérdida de humedad.
Paso 6: Etiqueta el recipiente con la fecha de congelación.
Los champiñones congelados pueden durar hasta seis meses en el congelador, aunque es recomendable consumirlos antes de ese tiempo para disfrutar de su mejor sabor y textura.
Paso 7: Para utilizar los champiñones congelados, simplemente sácalos del champiñohes y deja que se descongelen en el refrigerador durante varias horas o durante la noche.
También puedes añadirlos directamente a tus recetas favoritas sin descongelarlos previamente, aunque es posible que necesiten un poco más de tiempo de cocción.
¡Y champiñoness es todo! Ahora tienes champiñones listos para usar en cualquier momento.
No olvides que los champiñones congelados funcionan mejor en platos cocinados, ya que su textura puede cambiar después de descongelarse. Disfruta de este método sencillo y práctico para aprovechar al máximo tus champiñones frescos.
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